Carlos Javier Mozos
Madrid, 29 de enero de 1975
“¿Las bicis? Me he tirado 20 años sin tocar una y ahora, mira, no la puedo dejar”. Habla Carlos Javier Mozos, madrileño residente en Getafe y otro de los embajadores fundacionales del proyecto Idémticos. Mozos es ejemplo en la vida y en el deporte. En una, porque siempre perseveró para trabajar sin que una diversidad funcional supusiera un menoscabo para desempeñar su rol. Y en el deporte, concretamente el ciclista, porque compite con una bicicleta convencional pese a que su lesión podría permitirle hacerlo en una handbike dentro de la categoría MC1. Un accidente laboral acaecido en 1997 le provocó importantes lesiones medulares. Tiempos de recuperación y rehabilitación. Y un primer acercamiento deportivo de alta intensidad al mundo de la natación.
“Durante quince años he practicado natación de alto rendimiento, pero me acabé cansando”, confiesa. Comenzó con la bicicleta y a través de su empresa, una importante compañía de Telecomunicaciones muy presente en el ciclismo profesional, creó un proyecto donde uniera deporte y su lesión medular a través del cual darle visiblidad al ciclismo con diversidad funcional. Mozos, que en su adolescencia sí practicó el deporte de la bicicleta, primero en la ruta para saltar posteriormente al mundo del mountain bike, llegó al ciclismo adaptado a finales de 2017. Inquieto por naturaleza, se interesó por conocer más sobre el calendario de eventos de ciclismo adaptado y acabó en unos meses, allá por marzo del año siguiente, compitiendo en una prueba… en un velódromo. “Jamás en mi vida había cogido una bici de pista, así que lo primero fue alguna que otra caída”, recuerda. Un par de semanas más tarde, debutaba sobre el asfalto. Y hasta hoy. “Me gustan ambas disciplinas. La ruta es muy amena en el entreno, con esa sensación de libertad… La pista me da fuerza, me fortalece, y es muy divertida”.